martes, 18 de agosto de 2009

Con un simple huevo

Una experiencia casi mágica

OJO!!! este huevo NO se come.

¿Qué nos hace falta?

* Huevos crudos de gallina.
* Vinagre.
* frasco de cristal.


¿Qué vamos a hacer?

Se toma un huevo de gallina y se sumerge en un frasco que contiene vinagre. Se tapa dicho frasco para evitar que el olor poco agradable, tanto del ácido acético que forma el vinagre como del acetato de calcio formado, salga al exterior.

Tras un breve periodo de tiempo se observa la aparición de pequeñas burbujas que se deben a la generación de un gas; el dióxido de carbono.

Poco a poco se va viendo cómo la cáscara se hace más fina hasta "desaparecer" en un tiempo aproximado de dos días; siendo en algunas ocasiones necesario renovar el vinagre. Estos cambios se deben a que el ácido acético que forma el vinagre, al reaccionar con el carbonato de calcio va desapareciendo; siendo necesario más reactivo (vinagre) para que el proceso continúe.

Además de perder la cáscara, la membrana semipermeable que envuelve a la célula y está situada inmediatamente debajo de ella, adquiere consistencia gomosa. Esto permite que se puedan llegar a realizar pequeños rebotes con el huevo sin que se rompa.


Ahhh!! no me crees...

Mirá:




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